Creo que lo primordial en el cine no es contar sino exponer, aspectos diferentes que, casi siempre, suelen confundirse. En este sentido, pienso que el cine está mucho más cerca del arte que de la industria o el entretenimiento y, por tanto, los medios no son tan importantes como el fin. Este cine fuera de la industria, este cine que ve películas a diario y en todas las cosas, es el que me interesa hacer.

 

Alguna vez señalé que “(…) cada vez que escribo, pinto, filmo o fotografío, la intención es usar “lo real” para desmitificar “lo real” mismo. Toda manifestación del arte es a mí entender una vía (dentro de tantas) para despertar, para arrancarse de sí mismo, para cuestionarse y cuestionar. Una terapia de choque que amablemente y sin prejuicios sirva para que el individuo vea nuevamente lo que lo rodea, con los mismos ojos pero con otra mirada (…)”. Estas ideas son la base primordial de Deconstrucción.

 

Un día, inspirado por cineastas como Raúl “El Perro” Perrone y Pedro Costa, decidí que iba a empezar a filmar con lo que tenía, con "lo que hay", con la plenitud que da la libertad de hacer lo que uno quiere sin tener que depender, sin tener que llenar las expectativas de un inversionista, los requisitos de un financiamiento, los estándares de un estudio. Esto, que a simple vista suponía un recorte tremendo de medios y recursos, resultó ser una motivación poderosa para crear. Con mi esposa en la parte técnica, con mi padre como actor, con mi hermana y mi cuñado en la postproducción y, con el cine de Perrone y Costa en mente, arrancó Deconstrucción.

 

Deconstrucción fue hecha como una película para estimular la mente, pero sobre todo para invocar la fibra sensible del espectador. Es una cinta muy sentida, una película que se regodea, con parsimonia y detenimiento, en lo cotidiano, lo íntimo, lo que miramos pero no vemos. Además de esto, en Deconstrucción hay algo que considero un logro: el hecho de que a momentos se trate de una especie de meta representación. Digo esto porque el único actor es mi padre, quien, en la película, se representa y documenta a sí mismo, a veces desde el punto de vista de la ficción. Es decir, a conciencia, hemos separado los pedazos del hombre original y los hemos vuelto a unir esta vez agregando las ficciones de todos los que hemos hecho la película, incluidas las del propio actor/persona. El resultado ha sido una renovación del hombre, al menos desde el punto de vista narrativo. Hemos creado un personaje a partir de la persona. Hemos creado un meta hombre.

 

Una vez le escuché al crítico Hernán Schell, a quien admiro y respeto, que había que diferenciar entre las películas simples y las simplistas. Esa ha sido mi intención: que Deconstrucción se convierta en una de esas películas simples, que tocan las fibras íntimas de aquellos que la ven.  

 

 

Vicente Forte Sillié

 

 

Septiembre 23, 2013

 

 

 

 

Antes de filmar, hicimos unas pruebas. De ellas nació un videotuit que les dejo abajo y que creo, a pesar de lo corto, muestra el aura que rodea la película.